Uno de cada siete adultos ha sufrido depresión al menos una vez en su vida. A lo largo de los años, la definición de depresión ha evolucionado. Actualmente se define como una expresión emocional de impotencia o incapacidad para cumplir las expectativas creadas. Es una afección médica que afecta a la forma de sentir, actuar y pensar. Los signos de depresión pueden variar de leves a graves, y no todo el mundo presenta los síntomas típicos de tristeza y desesperación.
He aquí algunos signos sutiles de depresión:
1. Cambio en los hábitos de sueño
Estos cambios pueden incluir el insomnio, que engloba la dificultad para conciliar el sueño, la incapacidad para dormir toda la noche y el sueño excesivo. Muchos pacientes deprimidos son diagnosticados mientras buscan tratamiento por cambios en los patrones de sueño.
Estos cambios en los hábitos de sueño pueden hacer que uno se sienta inquieto y ansioso. Pueden ser causa de angustia y repercutir negativamente en la calidad de vida. Es importante señalar que la falta de sueño por sí sola no es causa de depresión, pero desempeña un papel importante, sobre todo si se prolonga durante mucho tiempo.
2. Cansancio excesivo
El cansancio puede definirse como una falta de motivación o una pérdida duradera de energía. Es un signo común de depresión y puede tener efectos graves como:
- Efectos físicos como la falta de energía;
- Efectos emocionales que pueden demostrarse por una falta de preocupación;
- Efectos cognitivos evidenciados por la dificultad para concentrarse.
El cansancio se indica como un signo sutil de depresión, ya que ambos no siempre están relacionados. Se puede estar cansado sin estar deprimido. Por ejemplo, también se puede estar deprimido sin estar cansado. Sentirse cansado durante un largo periodo de tiempo (normalmente más de dos semanas) es señal de que debe acudir al médico para que le diagnostique.
3. Pérdida de interés por las actividades
Las actividades que antes le entusiasmaban ya no interesan a quienes luchan contra la depresión. Estas actividades pueden incluir pasar tiempo con los amigos, montar en bicicleta u otras aficiones. Esto se debe a que la depresión priva a la persona de la capacidad de sentir placer y alegría, lo que se conoce como anhedonia. Los dos tipos de anhedonia son:
- Anhedonia física: significa que ya no disfruta de sensaciones físicas como abrazos, emociones o incluso sabores;
- Anhedonia social: significa que no se quiere pasar tiempo con otras personas;
La pérdida de placer en las actividades suele aumentar las relaciones con la familia y los amigos. Las personas que empiezan a tomar antidepresivos pueden notar que el síntoma mejora. Por último, también se sabe que la terapia de conversación mejora la anhedonia.
4. Irritabilidad
Los estados emocionales individuales no son lo más fácil de controlar. Esto se debe a que se necesita mucha práctica para ser consciente de los estados de ánimo y de cómo influyen en nuestra vida cotidiana. La irritabilidad suele estar relacionada con el estrés. Las personas irritables a veces culpan a la gente que les rodea de su falta de paciencia. La irritabilidad está estrechamente relacionada con la depresión clínica si se ha reaccionado de forma sutil ante un problema similar.
Los estudios demuestran que las personas deprimidas se ven influidas negativamente por la forma en que perciben su entorno. Es muy probable que cualquier información se perciba negativamente, lo que explica la irritabilidad. Por lo tanto, las personas que viven con depresión pueden iniciar discusiones de forma persistente, comportarse mal con los demás, ser impacientes o criticar en exceso a las personas o las situaciones.
5. Cambios de peso
Los cambios de peso acompañan la depresión. Además, el aumento de peso puede deberse a una respuesta a las emociones negativas, lo que puede conducir a la obesidad. Los estudios demuestran que las personas con una corta duración del sueño (uno de los signos de la depresión) y una elevada alimentación emocional son vulnerables al aumento de peso. La alimentación emocional se refiere al consumo de algunos alimentos hipercalóricos elegidos en respuesta a emociones negativas, como el estrés.
La falta de apetito puede provocar una pérdida de peso involuntaria. Además, la pérdida repentina de peso es un riesgo para la salud y puede provocar enfermedades relacionadas con el estilo de vida. También puede dejar a alguien falto de energía mientras trata la depresión, dificultando así el tratamiento de otros síntomas. Los cambios de peso están frecuentemente relacionados con otros síntomas de la depresión.
En resumen
Saber si está deprimido le permite tomar el control de su bienestar mental y físico. Afortunadamente, la depresión es una enfermedad tratable. El tratamiento de la depresión puede comenzar con:
- Reducir los factores estresantes;
- Mejorar la autoestima mediante afirmaciones;
- Ejercicio regular;
- Buscar el apoyo de familiares y amigos;
- Buscar atención médica y terapia;
Es importante dar prioridad a la nutrición y el bienestar de todo el cuerpo. Esto puede conseguirse centrándose en pequeños cambios a la hora de enfrentarse a la depresión. En conclusión, recuerde cuidarse y preservar su bienestar mental cuando cuide a alguien con depresión.